viernes, 30 de octubre de 2015

Cómo conseguí dejar de morderme las uñas (+ fotos de mi antes y ahora)


No exagero: dejar de morderme las uñas ha sido una de las mejores cosas que he hecho. Dejé de hacerlo sobre los 28-29 años y OJALÁ hubiera sido mucho antes. 

Hasta entonces permanecí desde niña con unas uñas que daba pena mirar. Tengo las manos bonitas, estilizadas y con dedos largos y finos, pero esas "uñas" lo arruinaban todo. Y cuando digo todo es todo: da igual que vayas muy guapa del resto. lngenuas de nosotras, quienes las mordemos pensamos que nadie se va a fijar en ellas ¡pero sí que se fijan! nunca olvidaré cuando con 20 años el chico que me gustaba a lo bestia se me quedó mirando las manos y soltó: "te fallan las uñas". Quise que me tragara la tierra jajaja (ahora me río pero cuando ocurrió me morí del corte). Y es que unas manos con uñas cuidadas son una carta de presentación impagable, siempre lo había oído y ahora puedo afirmar que es rotundamente cierto. Yo no era consciente y me auto-engañaba creyendo que compensaba con el resto del físico, pero ahora lo veo en otras personas, que unas uñas mordidas deslucen lo que no está escrito -incluso aunque seas pibonazo-. Y en hombres ídem: no es una tarjeta de presentación muy positiva que digamos. Además, transmiten que esa persona es nerviosa, ansiosa o que arrastra algún otro problema. Alguien con paz, tranquilidad y equilibrio mental no se muerde las uñas.

Las ventajas de dejar de morderlas son obvias: aparte de prevenir infecciones en manos y boca, heridas y sangrados (nunca llegué a esos extremos porque solo mordía la uña, no la piel, pero en Internet hay fotos que eso parece Holocausto Caníbal), estéticamente no hay color entre unas uñas mordidas y unas sin morder. Y ni hace falta llevarlas largas, que conque lleguen a ras de piel ya lucen geniales. Ahora por fin disfruto mirándome las manos, ya no las escondo -recuerdo ir en bus y al ir cogida a la barra meter los dedos por dentro de la mano para que no se vieran-. Y antes nunca las pintaba porque había que distraer la atención de ellas (las uñas mordidas y pintadas quedan aún más horribles), pero ahora que ya tengo uñas chulas los esmaltes se han vuelto mi perdición y me estoy resarciendo por todos esos años sin pintarlas de mil colores. 

Mi método para dejar de morderlas fue muy sencillo: NO HICE NADA. Únicamente me planté un día en el que me miré las manos y me dije: "qué horror de uñas, por mis ovarios que a partir de hoy no las muerdo más". Y ya está. Desde entonces, hasta hoy. Ni compré ningún producto ni necesité ponerme postizas ni nada de nada. Fuerza de voluntad sin más, y han pasado años y no las he vuelto a morder. Al principio el acto reflejo de llevarlas a la boca persistía tras tantísimos años, y caí algunas veces pero nunca me di por vencida, con paciencia ese reflejo se acaba eliminando. Y recuerdo que conforme conseguía dejar de morderlas varios días y veía cómo iban creciendo, eso era un subidón que me animaba a continuar sin morder. Hasta que por fin un día te miras las manos y ¡sorpresa, tienes uñas!.
 
Y eso de que si dejas de morderlas ya no van a crecer nunca bien "porque de morderlas tantos años se quedan atrofiadas" = MENTIRA COCHINA. Las mías crecen perfectas y están preciosas.
 
ANIMO a toda persona que se las muerda que le eche fuerza de voluntad y deje de hacerlo, porque de verdad que el cambio no tiene precio. Mira que han pasado años, y todavía no me creo las uñas que tengo ahora. 
 
En estas dos fotos, no son mis manos pero así habían estado mis uñas siempre:

 
Mis uñas hoy. Hace años me dices que yo iba a conseguir tener estas uñas, y me estoy riendo hasta descoyuntarme
 
 
Fotos de 2023: